jueves, 16 de abril de 2009

La revolución del autismo .

Rubén Montoya Vega Director .
El autismo es un repliegue patológico de la persona sobre sí misma. Médicamente es un síndrome infantil caracterizado por la “incapacidad congénita de establecer contacto verbal o afectivo con los demás”. Y en cristiano -es decir, nuestro idioma- es oír/ver/sentir lo que uno quiere oír/ver/sentir. Es enconcharse. Afuera llueve a cántaros, pero nos convencemos de que reina un sol gordo castigando cuerpos y pavimentos. Nuestro enemigo flamea bandera blanca, pero vemos espadas en ristre. Alguien dice “a”, pero como no nos gusta que sea “a”, oímos “b”.
Pienso en eso cuando leo, escucho y veo las notas sobre las reformas penales aprobadas por la Comisión Legislativa. Un ejemplo lamentable: en ningún lado la reforma dice que el robo deja de ser delito, pero decenas de noticias (y algún patético editorial) lo repitieron con convicción de templario. Usando el ejemplo del celular, escribieron ríos de tinta pegando el grito en el cielo: “el robo ya es de todos...”. Tan patético como cierto. Y por desgracia, es solo un ejemplo. Las reformas (hoy presentamos nuestra sexta entrega sobre el tema, en Policial) son un avance en la legislación penal, según lo afirman muchas voces expertas. No son perfectas, por cierto; sí son necesarias.
Pero, y no sé si como contracara de la ¿revolución ciudadana?, hay otra revolución que se está gestando a pasos agigantados: la del autismo. Al frente de aquella, y en ánimo de salir al centro del ring en cuanto suene cualquier campana, la del autismo seguirá enconchada, pre juicioso, ahíto de sí misma. Verá, oirá y concluirá lo que le dé la gana. Se replegará sobre la verdad que construye. Y no verá la que existe.
bibliografía
http://www.eltelegrafo.com.ec/paginados/buenosdias/archive/paginados/buenosdias/2009/04/16/La-revoluci_F300_n-del-autismo.asp 15 de abril de 2009 (21:41 p.m.)

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